24 de diciembre de 2011

UNAS VACACIONES INOLVIDABLES EN FLORIDA

¡Hola a todos! ¡Felices fiestas! Espero que hubieseis pasado una muy feliz Nochebuena. Hoy llegué de Florida, después de haber estado allí una semana entera. Como en casa de los abuelos de Jenn no hay WIFI, no pude escribir ninguna entrada en el blog, así que tengo muchas cosas que contaros. Espero no aburriros demasiado, pero para aderezar el largo testamento que escribiré, colgaré alguna que otra foto. Intentaré ser lo más breve posible, de todos modos :)

El sábado por la mañana nos marchamos temprano de casa y fuimos en coche hasta el aeropuerto de Richmond, que está a una hora y cuarto de Charlottesville. El viaje en avión fue como la seda y yo aproveché para continuar leyendo "The Hunger Games", una novela que pertenece a una saga muy popular en Estados Unidos. Al llegar a casa de los abuelos tomamos algo de comida, pues desde la hora del desayuno no habíamos probado bocado y estábamos hambrientas. Jenn, Melissa y yo fuimos a la piscina de la urbanización con los abuelos y nos lo pasamos muy bien haciendo carreras y buceando. Por la noche conocí a Steven, el hermano de Amy y Beth, su cuñada, quienes cenaron con nosotros.

El domingo fuimos a un brunch, para celebrar el cumpleaños del abuelo de Jenn. Fue una fiesta de cumpleños un tanto adelantada, pues no cumplirá 90 años hasta el mes de febrero. El brunch (breakfast + lunch), era un buffet libre y tanto Jenn como yo no sabíamos qué coger con la cantidad de comida que había. Había todo tipo de bagels (un tipo de pan especial), tortillas que preparaban en el momento, pasta, pescado, carne, salchichas, huevos revueltos, verdura, arroz, gambas, pastelitos, macedonia... Conocí a gran parte de la familia y a Zach, primo de Jenn y Melissa. Estaba muy contento por poder practicar su español conmigo y por poder hablar de fútbol y de jugadores como Messi, Cristiano Ronaldo... A pesar de que yo no soy una profesional del fútbol en comparación con otros españoes, sí estoy mucho más enterada que la mayor parte de los americanos. A Zach le encanta jugar al FIFA e incluso conocía al Celta y al Deportivo. Por la tarde fuimos a casa de una tía y nadamos en su piscina. Buceé tanto que luego los ojos me picaban un montón por el cloro. Por la noche Caryn, la hija de Beth y Steven, se quedó a cenar con nosotros.

El lunes y el martes hicimos algo muy especial y planeado en el último momento. Siete mujeres nos lanzamos a la aventura de ir a Key West, el punto más sureño de todo América del Norte. Está situado a 90 millas de Cuba y es una zona de un gran atractivo turístico. Jenn, Melissa, Amy, Beth, Caryn, Vera (la abuela) y yo, fuimos a Key West. El viaje desde Fort Lauderdale hasta Key West duró cuatro horas, pero sin duda alguna, el largo trayecto mereció la pena y es que además, las vistas del mar desde el coche eran muy bonitas. Parecía ser de color verde turquesa con tonalidades rosas y lilas. Comimos en un local muy famoso con música en directo que se llama Sloopy Joe's Bar. Estaba lleno de gente y del techo colgaban banderas de distintos países del mundo.






Luego nos montamos en un autobús turístico a hicimos una pequeña ruta para aprender más sobre la historia de la ciudad. También paseamos mucho por entre las calles, de las que me quedé completamente enamorada. Las casas son preciosas, llenas de vida y color, con palmeras y flores de vivos y llamativos tonos. Fuimos hasta el punto que está más al sur y nos sacamos un montón de fotos. También visitamos el cementerio de la ciudad, importante por su valor histórico, ya que hay zonas dedicadas a la comunidad judía, cristiana, los soldados del ejército y los muchos cubanos que emigraron buscando una vida mejor. Algo muy curioso de Key West es que en la calle hay muchos gallos y gallinas. Melissa intentó coger uno de los gallos y el pobre animal, se paró en medio de la carretera, escapando de Melissa.

El autobús turístico

Jenn y yo en la casa de Hemingway

Faro antiguo

El gallo que Melissa intentó atrapar


El punto más sureño

Árbol de Navidad más sureño

Árbol de Navidad que estaba al lado de mar

Jenn y la bola azul del árbol de Navidad

One Human Family, mosaico en la acera

Vistas desde el punto más sureño

Después de la sesión de fotos, seguimos paseando y nos colamos en un hotel de lujo. Estuvimos un buen rato disfrutando del sol en las hamacas de la terraza y viendo las gaviotas sobrevolando el mar azul verdoso. ¡Qué bien me lo pasé! ¿Sabéis cuál es el precio de una noche en ese hotel? ¡Nada más y nada menos que 700 dólares! Aproveché para sacar fotos, pues es un lugar precioso.














También fuimos a un estableciemiento que se llama Kermit's, donde venden la famosa tarta de lima "Key Lime Pie", típica en la zona. Por supuesto, la probamos y a todas nosotras nos gustó mucho. El dueño de la tienda es un cocinero muy famoso y tuvimos la suerte de conocerlo en persona. Incluso me saqué una foto con él y me firmó un autógrafo. Cenamos en un restaurante a orillas del mar y me tomé un sándwich de pescado fresco para chuparse los dedos. Una vez finalizada la cena, regresamos al hotel. Dormimos en una suite, dividida en una habitación con dos camas de matrimonio en la que durmieron Caryn, Beth, Vera y Amy y una sala en la que dormimos Jenn, Melissa y yo. ¡Ah! Ya se me olvidaba contaros que antes de la cena fuimos hasta el paseo marítimo a ver el atardecer. Son muchos los turistas que esperan impacientes hasta las cinco y media de la tarde para ver la espectcular puesta de sol.







El martes nos despertamos temprano y una vez que desayunamos, fuimos al centro de la ciudad. Entramos en la fábrica de sandalias, conocida como Kino. Los dueños con de Cuba y hablé con Ofelia, una señora mayor que lleva viviendo gran parte de su vida en Florida. Es una persona muy amable y me contó que vivió durante un año en Madrid y después se fue a Estados Unidos. Las sandalias de la fábrica son muy populares y todo aquel que va a Key West, pasa por la fábrica. Luego fuimos hasta el puerto y visitamos el museo de las tortugas, un lugar realmente interesante. Después fuimos en catamarán, algo inolvidable para todas nosotras. El cumple de Caryn fue el dçía 21 y además de estar de cumpleaños, se acaba de graduar en la universdad, así que su madre l ehizo un regalo muy especial. Teníamos todo un barco para la siete y sacamos miles y miles de fotos del mar, las islas, las gaviotas... Hicimos buceo y vimos los arrecifes de coral, esponjas de mar, peces... Yo vi dos peces negros son rayas de color amarillo :) Cuando ya casi estabámos en el final del trayecto, tuvimos la suerte de ver tres delfines salvajes. ¡Fue algo espectacular y muy emocionante! Incluso tuve la oportunidad de dirigir el barco y Jennifer también, siguiendo las instrucciones del capitán. Comimos en un restaurante que hay en el puerto y finalmente volvimo al hotel para realizar el viaje de regreso a casa.







 



El resto de dias fuimos a la piscina, leímos en casa, hicimos pulseras y fuimos a la playa. Desayunamos allí, en uno de los muchos restaurantes cuyos dueños son canadienses de la zona francófona. Jennifer y yo fuimos a dar un paseo y también creamos nuestra propia fortaleza. No nos pudimos bañar porque había bandera roja y violeta, debido a la presencia de un gran número de medusas y de un animal azul conocido como "man of war". La playa era enorme y muy bonita.






Bueno, creo que ya va siendo hora de despedirme, porque además, tengo que ir a dormir. El jueves fuimos a una fiesta familiar en casa de unos primos y celebramos el Chanukah juntos. Me lo pasé muy bien y hablé con Marta, una señora bolivianan que está casada con uncle George. Espero no haberos aburrido demasiado :) Os deseo una muy feliz Navidad; yo mañana voy a ir a misa con Divya, una amiga mía. ¡Vamos a ir a una misa en español! Ya os contaré qué tal, será mi primera misa en Estados Unidos. Un beso muy grande a todos,


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