EL DÍA DE NUESTRO HASTA LUEGO

¡Quedan nada más y nada menos que siete días! El día de hoy fue inolvidable y maravilloso.

Por la mañana fui con Eva a dar un largo paseo por Santiago. Eva es para mí mi segunda madre, pues me cuidó desde que yo tan solo tenía 3 meses. Es una persona muy especial para mí y a la que echaré mucho de menos. Paseamos por el casco antiguo de la ciudad y en cada calle nos parábamos a ver los escaparates. ¡Cuánto nos reímos leyendo los curiosos y graciosos slogans de las camisetas de las tiendas de recuerdos! ¡Qué bien nos lo pasamos! También tuvimos tiempo para entrar en una tienda de complementos, un lugar en el que podríamos pasarnos un día entero. El día 8 de este mes es su cumpleaños y será cuando me despida de ella.

Después Eva me llevó a Area Central, porque allí había quedado con Inma. Dimos una vuelta por el centro comercial y aprovechamos al máximo cada segundo, porque hasta que vuelva de Estados Unidos no la voy a volver a ver. Comimos juntas con su padre y su hermana Ana. ¡Qué rico estaba el helado de limón que tomamos! Al terminar de comer fuimos al aeropuerto de Labacolla, puesto que Inma se marchaba a Irlanda. Estuvimos juntas en el aeropuerto, sacando las últimas fotos del día y esperando a la cola para facturar. Estuve con ella hasta que tuvo que cruzar la puerta de embarque y antes de que se fuese, nos dimos un abrazo gigantesco. ¡La voy a echar tantísimo de menos! Voy a añorar mucho nuestras conversaciones telefónicas de una hora, puesto que como es comprensible, no podremos hablar por teléfono cuando yo esté en Estados Unidos. También echaré en falta nuestras quedadas en Santiago y en Coruña con el resto de las amigas de Francia. Lo primero que haré al llegar a mi habitación americana, será buscarun lugar para el calendario que me regaló y para la foto que nos sacamos en Burdeos. Las lágrimas no humedecieron mis ojos hasta que cruzó la puerta de embarque, pero sé que los lagrimones surcarán mis mejillas tarde o temprano, ya sea de camino a Nueva York o una vez que llegue a Charlottesville y también sé que me emocionaré cuando reciba sus cartas, que tanto me alegran. Me emocionaré mucho al escuchar el vídeo tan bonito que grabó para mí y en el que está tocando a Bolboreta, su mágica gaita. Yo también le enviaré cartas y postales, porque no me olvidaré de ella.

 

Inma, ¡qué decirte que no sepas ya! Eres una amiga estupenda y única, que siempre ha estado a mi lado. Sé que esto ya te lo dije muchas veces, pero necesito volver a decírtelo para que lo tengas presente. Tú eres un ángel que me ayuda a levantarme cuando mis alas se olvidan de cómo volar. Te deseo lo mejor en la nueva etapa que vas a comenzar y que difrutes al máximo de tu estancia en Irlanda. Pronto te llegará una postal desde Estados Unidos o puede que cuando regreses de Irlanda te espere en Ribadeo una carta mía. A ti van dedicados estos versos:

Amigas siempre sobre todas las cosas

como van unidas espinas y rosas

sin que importe nunca distancia ni tiempo

tú serás la lluvia... yo tal vez el viento.