Este ha sido un mes de despedidas, pero también de muy buenos momentos.
El 2 de julio me despedí en Coruña de unas gran amigas a las que conocí el verano pasado en Francia y a las que sin duda alguna, echaré mucho de menos. Claro está que les seguiré mandando cartas y que siempre me acordaré de ellas. Inma, Dani, Ana, Raquel, ya he guardado el calendario que me regalastéis en la maleta para no dejármelo en España. Cuando me levante por las mañanas y lo vea, me acordaré de vosotras, de todos los buenos que pasamos juntas en Francia y de los días que quedamos en Santiago y Coruña. ¡Cómo voy a añorar nuestras quedadas! Por supuesto, también voy a echar de menos a resto de los miembros de la Chupi Pandi (Nerea, Aldara, Dayi, Eugenia, Iria, Fernando, Sabela...), que no pudieron estar el 2 de julio en Coruña.
El 2 de julio me despedí en Coruña de unas gran amigas a las que conocí el verano pasado en Francia y a las que sin duda alguna, echaré mucho de menos. Claro está que les seguiré mandando cartas y que siempre me acordaré de ellas. Inma, Dani, Ana, Raquel, ya he guardado el calendario que me regalastéis en la maleta para no dejármelo en España. Cuando me levante por las mañanas y lo vea, me acordaré de vosotras, de todos los buenos que pasamos juntas en Francia y de los días que quedamos en Santiago y Coruña. ¡Cómo voy a añorar nuestras quedadas! Por supuesto, también voy a echar de menos a resto de los miembros de la Chupi Pandi (Nerea, Aldara, Dayi, Eugenia, Iria, Fernando, Sabela...), que no pudieron estar el 2 de julio en Coruña.
Inma, Dani, Raquel, Ana y yo
También me despedí de otra amiga, de Natalia, a la que no veía desde hacía prácticamente un año pero con la que me carteo muy a menudo. Nos pasamos una mañana juntas en Pontevedra y una tarde soleada en Santiago. Me encantó haber podido estar con ella y visitar Pontevedra, una ciudad bellísima y de la que me quedé enamorada. Algo que nos queda pendiente por ir a visitar es el Museo de Pontevedra. Así que, Natalia, ya sabes, cuando vuelva, nos volveremos a ver en Pontevedra.
Ría de Pontevedra
Plaza de la Estrella
Jardines de Pontevedra


Otra de las cosas que sin duda recordaré del mes de julio serán los dos días que pasé en Gijón con mi padre. El viernes 22 de julio, después de comer, fuimos a Gijón en coche. Después de haber cenado algo, dimos un largo paseo por el puerto de la ciudad y por el casco antiguo, lleno de vida y de personas que estaban en las terrazas de los bares. Las calles olían a la típica sidra asturiana y los monumentos más emblemáticos estaban iluminados. Vimos la casa natal de Jovellanos, la fuente de Pelayo, la Plaza Mayor, con sus arcos y sus paredes rojizas, un enorme palacio, una bonita iglesia situada al borde del mar...
Mi padre y yo en el puerto deportivo de Gijón
Al día siguiente nos levantamos temprano y continuamos nuestra visita. Primero fuimos a las termas romanas, lugar al que deseaba ir desde que cayó en mis manos el mapa de la ciudad. Me quedé asombrada ante el buen estado de conservación de las termas y sobre todo, de elementos como el hypocastum o de salas como el frigidarium. También tuvimos la oportunidad de entrar en la casa natal de Jovellanos, donde había una exposición muy interesante sobre su figura y sobre pintura asturiana.
El puerto deportivo y el casco antiguo de Gijón
En el paseo marítimo con la iglesia de San Pedro al fondo
Comimos en un restaurante italiano donde degusté los mejores canelones de carne que comí en toda mi vida y después, nos dirijimos en coche al recinto de la Semana Negra de Gijón. Para los que no sepáis lo que es, se trata de una feria cultural que tiene lugar todos los veranos en Gijón. Hay conciertos, eventos musicales, charlas de escritores de todo el mundo y de distintos lugares de España, puestos de libros... Es, por lo tanto, un punto de encuentro de artistas, escritores, lectores y apasionados de la buena música y el mundo de la cultura. Allí, el sábado 23 de julio, estaría mi escritora favorita: Laura Gallego García. Mi padre mi había llevado a Gijón para conocerla en persona y que me firmase un libro.
Recinto de la Semana Negra
La charla de Laura no empezaría en la Carpa del Encuentro hasta las seis de la tarde, pero yo, a las cinco, ya estaba dentro y aproveché para presenciar una mesa redonda acerca de la fantasía y el terror en la literatura. De repente, me giré hacia la entrada de la carpa y allí estaba ella, Laura Gallego había acabado de llegar. ¡No me lo podía creer! De acuerdo con el programa de la Semana Negra, a las seis empezó la charla con Laura Gallego, por lo que los lectores pudieron hacerle todo tipo de preguntas. A las siete, y una vez finalizada la charla, comenzó la firma. Todos nos lanzamos a la zona en la que firmaría los libros, estábamos deseosos de conseguir la tan ansiada firma. Después de una hora que se me pasó volando, llegó mi turno. Y... ¡Laura Gallego me firmó Memorias de Idhún! Mi sueño se había cumplido después de mucho tiempo. Lo que no esperaba es que además de que haberme firmado el libro, también me escribió una dedicatoria:
"Para Ana, con cariño.
Que los tres soles te saluden cada mañana.
Laura Gallego".
El haber ido a Gijón fue mi regalo de cumple y sin duda alguna, este ha sido uno de los mejores regalos que he recibido en toda mi vida.
Laura Gallego e Iván Argiz
Otro día muy bonito y emotivo fue el 24 de julio, cuando mi padre me llevó al Obradoiro para ver los fuegos artificiales. A las siete de la tarde ya estábamos dentro de la plaza y más tarde llegaron mis amigas del Chester, con las que me divertí mucho hasta que empezó el espectáculo. Este año, en lugar de haber la típica quema de la fachada, se proyectaron imágenes en la fachada de la catedral con efectos especiales y en trés dimensiones. Como este año se cumple el 800 aniversario de la consagración de la Catedral, se recrearon las fases de su construcción, pasando por la llegada de los restos del Apóstol en barco, el incendio del primer tempo construído en el Obradoiro... Sin duda, fue algo muy emocionante y sorprendente, sobre todo cuando se lograba el efecto de que las torres girasen sobre sí mismas o cuando apareció el botafumeiro proyectado en la fachada. El espectáculo de fuegos artificiales también me encantó, mucho más que los años anteriores. Al Obradoiro volví ayer, con mi madre, pues todos los días, hasta que se acaben las fiestas, seguirán proyectando sobre la fachada las imágenes.

La Catedral convertida en un bosque

Retablo Mayor de la Catedral
Llegada de los restos del Apóstol en barco
El día del Apóstol, el lunes 25 de julio, celebramos en mi casa una fiesta de despedida.Vinieron mis primos, mis tíos, mis abuelos... Me lo pasé muy bien con mis primos pequeños, con Jorge, Lucía y Antón. Sin duda, los escharé muchísimo de menos. Mi madre preparó una comida especial y un postre típicamente navideño, y es que había turrón y roscón de Reyes, con corona, haba y muñeco. En Estados Unidos las Navidades son muy distintas y además, como yo voy a estar con una familia judía, celebraré el Januká. Creo que va a ser algo muy positivo conocer de cerca las costumbres y fiestas de otro país y por supuesto, de otra religión a la que hasta ahora conocía a través de los libros.
Ese día me despedí de mis abuelos paternos y de mis tíos Margarita y David, a los que no veré hasta que vuelva. Del resto de la familia me despediré esta semana y la siguiente, porque voy a ir a Rianxo.
Con mis padres y mi hermano en la fiesta
Con mi madre pasé muy buenos momentos entre fogones, pues fueron muchos los días que cociné este mes para mejorar mi técnica en la cocina. Jennifer, mi hermana amaricana, es una amante del mundo de la cocina y le gusta mucho preprarar todo tipo de platos. Le enseñaré recetas españolas y ella me enseñará recetas judías y americanas; nos lo vamos a pasar muy bien.
También me despedí de otra muy buena amiga, de Andrea, a la que tampoco veré hasta que vuelva. Andrea, non me vou a esquecer da promesa que che fixen.
Hubo muchas otras despedidas y buenos momentos. Ahora es cuando empiezo a ser mucho más consciente de que me marcho, de que el día está a la vuelta de la esquina aunque hace una semana me pareciese lo contrario. Ahora es cuando me asaltan las dudas, cuando el miedo a lo desconocido se apodera de mí. La Ana positiva sabe que será una experiencia única e inolvidable, pero la Ana pesimista también está presente. Sé que va a haber buenos momentos y malos momentos y que al principio me costará adaptarme, pues viviré en un lugar totalmente distinto a mi hogar y con gente que no conozco, pero viviré una experiencia que no todos tienen la oportunidad de vivir. Tengo los nervios a flor de piel, pero por otra parte, tengo ganas de cruzar el Atlántico, de que comience mi aventura. Estos días quiero disfrutarlos al máximo y estar con los míos.
¡Dentro de 12 días ya estaré en suelo americano!
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