¡Hola a todos! Supongo que vosotros ya estaréis durmiendo. Aquí todavía no son las cinco y media de la tarde. Acabo de llegar de dar un paseo; ¡qué relajante! Jennifer fue con sus amigas a un partido de fútbol americano y Amy todavía no llegó de trabajar, así que estoy sola en casa. Cuando termine de escribir esta entrada voy a estudiar para los controles de la semana que viene y escribir algún que otro relato en mi cuaderno. Escribir es una adicción para mí.
Hoy fue un muy buen día. A primera hora tuve psicología y aprendí muchísimas cosas. Estuvimos estudiando los diferentes aspectos psicológicos que inluyen en nuestro carácter, en la forma de reaccionar ante una determinado situación... También estuvimos haciendo ejercicios relacionados con los orígenes de la psicología y el resto de materia que estuvimos viendo el anterior día.
Después tuve taller de escritura creativa. La clase comenzó con los diez minutos de escritura libre y después tuvimos tiempo para continuar nuestro relato. ¡Estuve escribiendo durante la clase! Escribí sobre un montón de cosas (sobre la tarde de ayer, la clase de psicología, mis pensamientos y opiniones acerca de la vida y de mi propia forma de actuar...) y comencé a escribir un nuevo relato (ya casi lo he acabado).
Mi tercera clase fue anatomía, donde estuvimos estudiando materia nueva acerca de la organización de nuestro cuerpo. Durante la clase salimos al patio y todo el instituto guardó un minuto de silencio por las personas que murieron el 11-S. El coro cantó varias canciones y después regresamos a clase. ¡Parece mentira que ya hubiesen pasado diez años desde aquel fatídico día! Yo me acuerdo como si hubiese sucedido ayer. ¡Por cierto! En la clase de anatomia hay una chica de Guatemala. La primera vez que la vi, por sus rasgos y el color de su piel, pensé que era de Latino-América, pero no me atreví a preguntárselo. Hoy, cuando estábamos regresando a clase después del minuto de silencio en el patio, estaba hablando en español con un chico y entonces fue cuando le pregunté de donde era. Se llama Lucía Alejandra y es una Senior. Lleva viviendo en Estados Unidos cuatro años y cuando llegó no sabía nada de inglés. Es una persona muy amable; quiere ser profesora de matemáticas y formar una fundación para proteger a las mujeres maltratadas de Guatemala. Es una chica estupenda y admirable.
Mi última clase fue estadística; estuvimos haciendo una actividad con monedas. Teníamos que anotar qué fecha tenía cada moneda y hacer una serie de ejercicios relacionados con esos datos. Tuvimos que trabajar por parejas y yo trabajé con Erin, la chica que se sienta a mi lado.
Son las cinco y media, voy a estudiar un rato. Muchos besos a todos. Pronto tendréis noticias mías.
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